
Turqueza era una chica muy pero muy bella y muy encantadora. Tenía muchos problemas en su años. vida, aunque solo había cumplido 17 años.
Sus padres desde que ella vino a este mundo jamás la quisieron, siempre andaba de acá para allá, porque si Turqueza no traía todos los días la comida para su casa, no podría pasar la noche allí.
Su vida era un caos. Ella lo único que quería era ser alguién diferente a ellos. Entonces un día decidió ir a buscar trabajo. Fue por un pueblo cercano, pero antes de llegar se encontró con una anciana que le dijo:- ¡Oh, hermosa niña, tu aquí, en este pueblo vas a encontrar al hombre de tu vida, pero un problema grave te sucederá!
Turqueza siguió su camino, en un momento se detuvo y vio a un hombre muy, pero muy bello. Por supuesto a Turqueza le gustó, aunque se dijo a sí misma que no era hora para el amor.
-Es hora de buscar trabajo- pensó. Entonces siguió caminando pero escuchó una voz:-¡Ey, tu, bella dama!
Turqueza se dio vuelta y dijo: -¿Yo?
-Si, tu, por favor ven.
Entonces Turqyeza, ansiosa porque el caballero le había hablado le preguntó :-¿Pasa algo?
-¡Si!- le dijo el caballero- pasa que me he enamorado de ti con solo mirarte, porque eres muy bella...
-¡Oh, que encantador!...Sabés? Yo también me he enamorado de ti con solo mirarte.
Pasaron dos horas. El caballero Arón y Turqueza hablaron y hablaron hasta que ella hizo silencio. Luego susurró: -¡Oh, no, es tarde y no tengo trabajo aún!
-¡Y no tienes qué?- preguntó Arón que no había escuchado bien.
-¡No, no, nada, nada! Me tengo que ir. Tengo un presentimiento malo...
Entonces Arón le ofreció subir a su caballo y rapidamente llegaron... El problema de Turqueza era grave: su casa se había incendiado y sus padres habían muerto intentando salvar el hogar.
Turqueza lloró. Abrazó a Arón fuerte y se fueron de allí.
Pasaron tres meses y Turqueza recordaba siempre a sus padres.
Arón, para levantarle el ánimo, le propuso casamiento y Turqueza, contentísima, por supuesto le dijo que sí.
Su vida cambió para siempre y él la quiso como ella siempre había soñado.
Mariana
Aquí no estará la despedida que Mariana podría hacerle al blog. Es decir, no estará hoy, pero sé, porque la conozco, que estará proximamente, cuando este problema de salud que hoy la atraviesa sea solo un recuerdo.
Se que Mariana podrá salir victoriosa, y caminará siempre hacia delante, sin detenerse por ninguna de las piedras que estén en su camino.
No tengo dudas, pues eso hacen las personas con coraje como Mariana.
Demás está decirlo, pero a veces hace falta: Te queremos mucho.
Te esperamos otra vez en el aula.
Deborah